Vuelta al cole: un desafío inmunitario para los niños
Septiembre es una época de grandes cambios, no sólo para nosotros, sino para nuestros niños. Al igual que nuestra salud, la salud de los niños enfrenta sus propios desafíos: defensas más bajas, falta de energía, problemas digestivos, y problemas de salud puntuales que se deben al cambio radical de hábitos que, probablemente, nosotros aceptemos con mayor normalidad que los ‘peques’. A partir del lunes 5 de septiembre, al doce, tendrá lugar el primer regreso a clase sin apenas restricciones desde el principio de la pandemia.
Una de las novedades de esta ‘vuelta al cole’ es la eliminación de la distancia de seguridad de 1,2 metros en el comedor, que ha sido derogada debido al menor número de casos graves por coronavirus desde que hay registros. En anteriores normas se había eliminado la obligación de llevar la mascarilla en el interior de las aulas, así como las restricciones que afectaban a las interacciones entre grupos, y la eliminación de las cuarentenas para alumnos y alumnas contagiados.
Se trata de una vuelta al cole caracterizada por un enrarecido regreso a la normalidad, en el que diversos factores, como la inflación, inciden en los bolsillos y el ánimo de muchas familias. El estrés emocional al que se pueden enfrentar muchas familias afecta a los niños también. Síntomas como el nerviosismo pueden derivar en trastornos de ansiedad, que a su vez puede desencadenar irritabilidad, problemas para dormir, fatiga, dolores de cabeza o de estómago.
En ocasiones, estas dolencias pueden tener un origen nervioso, pero también es relevante tener en cuenta cómo afecta el cambio de hábitos en los niños en su salud física. Por lo general, se pasa de un entorno de horarios muy flexibles, en el que los niños y niñas pasan de acostarse tarde a tener que madrugar, hacer deberes y asistir a clase. Se trata de una serie de responsabilidades que demandan de una disposición mental distinta y de más energía para hacer frente a estas jornadas.
La psicóloga Silvia Álava sostiene: “El periodo de adaptación es fundamental porque los seres humanos no somos máquinas, no nos reprogramamos de un día para otro. Es cierto que los niños, en general, se adaptan muy rápido, pero tampoco les podemos pedir algo que no pueden hacer”.
En un estudio publicado en la Revista Nature se expone que las variaciones estacionales sí afectan a la salud humana a un nivel genético, lo cual tiene efectos en la codificación genética de las proteínas y los tejidos, y, por consiguiente, en la salud humana. Teniendo esto en cuenta, es razonable adaptar los ritmos vitales de los niños, y los nuestros, de una manera progresiva con el fin de afectar lo menos posible a nuestra salud.
El inmunólogo Javier Carbone observa: “Se ha observado la frecuencia de personas con deficiencia o insuficiencia de Vitamina D. (...) Refirieron estar más cansadas que las personas con niveles normales. (...) Se espera que sean más bajas en invierno que en el verano”. Según Carbone, el cansancio es un síntoma, que puede verse influenciado por la falta de Vitamina D con la llegada del invierno. En distintos trastornos del ánimo, incluyendo la depresión, se observan alteraciones del ritmo circadiano y del sueño.
El Sistema Inmune es un conjunto de células y órganos que trabajan para proteger al cuerpo de amenazas externas. De esta manera se forma una red de defensa con el objetivo de luchar contra cualquier elemento que suponga un daño contra nuestra salud. Uno de los protagonistas de esta red son los glóbulos blancos, cuyos fagocitos y linfocitos reconocen las amenazas externas y las destruyen.
En los niños, su Sistema Inmune pasa por varias etapas de formación y consolidación. Los recién nacidos tienen un sistema más inmaduro, que se va desarrollando con el crecimiento. El desarrollo de los sistemas inmunes en los niños puede ser desigual, en el caso de los niños vacunados, tras sus vacunas son capaces de producir sus propios anticuerpos.
En cualquier caso, existen recomendaciones naturales que pueden mejorar los sistemas inmunes de los niños, como mantener una alimentación balanceada, una buena hidratación, actividad física, exposición al sol y evitar el consumo de los alimentos procesados. Se recomienda también cumplir con los calendarios de vacunación y mantener un control regular de pediatría.
La fortaleza del sistema inmune de los niños no es igual en todos ellos, muchos de ellos pueden tener sistemas más débiles, lo que los hace más susceptibles ante infecciones y agentes externos. A estos agentes se suman los cambios estacionales, que pueden aprovechar unas defensas bajas, ocasionando debilidad o fatiga, somnolencia, infecciones recurrentes, entre otros síntomas que nos indican que nuestros pequeños pueden tener las defensas bajas.
Como podemos ver, el cambio radical de hábitos que supone para los niños la vuelta al cole desafía su sistema inmunitario. Afortunadamente, existen marcas especializadas en el cuidado natural de los niños. Solocolágenos ofrece una gama de suplementos 100% naturales que nace de la necesidad de tratar los pequeños trastornos de salud que puedan tener nuestros niños.
Este laboratorio natural ofrece una gama eficaz y natural de cuidados para resfriados, problemas de digestión, ayudas naturales para mejorar la concentración y la memoria. También tiene suplementos destinados a tratar cuadros de nerviosismo en niños, calcio para sus huesos y crecimiento, así como suplementos para reforzar su sistema inmunológico.
Cabe recordar que estos suplementos no son medicamentos, se basan en extractos naturales, y excluyen cualquier ingrediente químico. Por este motivo no suponen por sí mismos un tratamiento médico normativo, y es aconsejable pedir consejo médico en cualquier caso de duda.
Publicado en: Estilo de Vida
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