Ácido hialurónico: ¿cómo funciona realmente la molécula antiedad?
Es más que el tratamiento antienvejecimiento de moda. Nuestro propio cuerpo lo sintetiza de manera natural e hidrata la mayoría de los tejidos de nuestro organismo. El ácido hialurónico es un tipo de biomolécula (polisacárido) presente en todos los tejidos del cuerpo: desde el humor vítreo a nuestras articulaciones y la piel.
Es un compuesto que nuestro organismo genera por sí mismo, pero que, al igual que el colágeno, deja de sintetizarse en la misma cantidad con el paso del tiempo. Por este motivo, es normal vincular la producción natural del ácido hialurónico con la vejez, ya que la cantidad existente de este compuesto decae hasta un 70% en el tramo de edad que comprende entre los 19 y los 70 años.
Su nombre es muy conocido, ya que es un importante ingrediente en numerosos sérums y cremas antienvejecimiento. Pero sus beneficios van más allá de lo estético, ya que, al tener la capacidad de hidratar todos los tejidos del cuerpo, según su disponibilidad, tiene el poder de rellenarlos y darles firmeza. Por este motivo, se ha probado su eficacia clínica en campos que van desde la oncología a la salud de las articulaciones.
El motivo por el que su importancia es clave en nuestro cuerpo es su función hidratante, que va de la mano con las propiedades del colágeno; da firmeza y sostén a los tejidos. Pero, el órgano donde el ácido hialurónico brilla con luz propia es en nuestra piel, ya que, en combinación con el colágeno, ambos tienen el potencial de rejuvenecerla, ¿cómo lo consiguen?
Cómo actúa el ácido hialurónico en tu cuerpo
El ácido hialurónico tiene la propiedad de atraer y retener el agua de los tejidos donde está presente: un gramo de este ácido puede llegar a retener hasta seis litros de agua. Esta cifra nos puede dar una idea del poder de esta biomolécula como hidratante de las células de los tejidos.
Al igual que ocurre con el colágeno, a partir de los 25 años nuestro cuerpo empieza a sintetizar menos colágeno del que consume. Por lo que para mantener nuestra piel con un aspecto hidratado y rejuvenecido, se utiliza el ácido hialurónico como suplemento alimenticio, o como ingrediente de cremas y sérums.
La manera de aplicarlo definirá cuánto tiempo estará presente en nuestro cuerpo, y durante cuánto tiempo. Según explica el doctor Daniel Boro, de la Sociedad Brasileña de Cirugía Plástica: “la vida del ácido hialurónico que producimos de manera natural tiene una vida muy corta, se absorbe en menos de 48 horas”.
Por este motivo, diversos laboratorios han investigado la manera de sintetizarlos de manera artificial, a través de la fermentación de algunos microorganismos que sintetizan el ácido para que sea administrado, ya sea mediante suplementos, cremas o inyecciones.
Sin embargo, como hemos dicho antes, las aplicaciones del ácido hialurónico van más allá del campo estético. Una revisión académica de varios investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras recogió diversas conclusiones sobre el ácido hialurónico a nivel clínico.
Este estudio sostiene que, en personas diagnosticadas con cáncer de pulmón, reduce la propagación de células tumorales, e incrementa la regeneración de tejido sano. Asimismo, informan que se utiliza en tratamientos para la artritis, por su capacidad para regenerar los cartílagos.
Respecto a la artrosis, se ha observado que, en los pacientes, las concentraciones del ácido hialurónico se encuentran disminuidas en las articulaciones afectadas. Actualmente se aplican inyecciones de este ácido para restaurar las propiedades del líquido sinovial. Su acción en este campo está justificada porque actúa como un modificador lento de los síntomas de la artrosis.
Son variados los suplementos alimenticios que combinan las propiedades del colágeno y el ácido hialurónico. Esta combinación está dirigida especialmente para el cuidado de las articulaciones. Mientras que el colágeno da firmeza y mejora la sujeción de las articulaciones, el rol hidratante del ácido hialurónico mejora los resultados en esta tarea.
A nivel estético, el ácido hialurónico, aplicado de manera tópica (en cremas), forma una película hidratante sobre la epidermis. Esta película ayuda a compensar la pérdida de agua, mejorando las condiciones de la piel, proporcionando de esta manera elasticidad, suavidad, y una superficie más homogénea.
En la dermis, el agua se difunde a través de diferentes oleadas desde que llega a la superficie de la capa córnea de la piel, hasta que se evapora. Esta es la capa más externa de la epidermis y está comprendida por cerca de 20 subcapas de células muertas, aplanadas según la parte del cuerpo que esté recubriendo. Mediante el uso tópico, esta es la capa de la epidermis que será hidratada en primer lugar.
Si no hay un equilibrio suficiente en cuanto a la hidratación de esta capa de la piel, se pueden dar dos casos extremos: una hiperhidratación, que conllevaría a que se formasen arrugas en la piel (similares a las que se forman cuando la piel está mucho tiempo en remojo); o, como caso contrario, tendría lugar una deshidratación, que daría como resultado la conocida como “piel de cocodrilo”, especialmente en casos de atmósferas muy secas.
Mantener unos niveles adecuados de hidratación en la piel está íntimamente relacionado con el contenido de ácido hialurónico presente en la dermis, debido a la capacidad que éste tiene para retener el agua. Cuando este ácido es aplicado de manera tópica, la película elástica que forma sobre la epidermis controla el movimiento de agua entre la piel y el medio externo, sin interferir la respiración de la piel.
Teniendo en mente el tiempo de vida del ácido hialurónico (menos de 48 horas), la doctora Alessandra Ribeiro, de la Sociedad Brasileña de Dermatología, sostiene que: “la función básica de una crema con ácido hialurónico es promover una hidratación superficial de la piel. Mientras que la de los inyectables es más profunda, y busca rellenar, sostener y rejuvenecer determinadas partes del rostro”.
En este campo, profundizando en sus aplicaciones estéticas, médicos del Hospital General de México, en un estudio sobre técnicas de rejuvenecimiento facial con ácido hialurónico, sostienen que las inyecciones de ácido hialurónico son una terapia segura, biocompatible y de comportamiento predecible para el relleno de arrugas, pliegues y las zonas de atrofia de tejidos blandos de los pómulos o el mentón. Este equipo de médicos recomienda también que, dependiendo de los resultados que busque el paciente, lo más aconsejable es seguir su consejo.
La importancia del ácido hialurónico va más allá del campo estético, bien sea inyectado en una zona localizada, o mediante un suplemento alimenticio, sus beneficios en el cuerpo son incomparables. No olvidemos que se trata de una biomolécula que no es extraña para nuestro cuerpo porque la genera por sí mismo, cuando se suministra de manera externa sirve como refuerzo para las reservas existentes.
¿Y tú?, ¿has probado alguna vez el ácido hialurónico en alguna de sus presentaciones? ¿Cómo ha sido tu experiencia?
Publicado en: Estilo de Vida
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