En el habla cotidiana, durante décadas, hemos hecho referencia al “reumatismo” como una enfermedad en concreto. Quienes la sufren padecen dolor, pinchazos, e hinchazón en las articulaciones, entre otros posibles síntomas. Sin embargo, ni el reumatismo, ni el “reuma” son enfermedades reconocidas, y diagnosticadas como tal. En realidad, se entiende como “reumatismo” al grupo de enfermedades reumáticas que afectan al sistema locomotor. Según el Col.legi de Farmacèutics de Barcelona se distinguen hasta 200 tipos de enfermedades de este tipo. Estas se pueden englobar en tres grandes bloques:

• Inflamatorias: Como la artritis reumatoide y los dolores lumbares.
• De desgaste: Como la artrosis y la osteoporosis.
• De las partes blandas del aparato locomotor: Como la fibromialgia.

Como podemos ver, las partes del cuerpo afectadas por las enfermedades reumáticas suelen abarcar desde el sistema óseo, a todos los tejidos vinculados con las articulaciones, como los cartílagos, los músculos, los ligamentos, y los tendones. Es por este motivo que, tradicionalmente, su tratamiento ha estado centrado en la administración de analgésicos y antiinflamatorios, como el Paracetamol, el Ibuprofeno, o la Prednisona.

El problema es que muchos pacientes de enfermedades reumáticas no toleran de manera óptima los tratamientos farmacológicos convencionales, y es necesario que encuentren un apoyo natural que sea menos severo con su organismo. Sobre todo teniendo en cuenta la tolerancia que se puede desarrollar hacia estos medicamentos, es decir, precisar una dosis cada vez mayor para obtener el mismo efecto analgésico o antiinflamatorio.

¿Qué alternativas naturales hay para el reumatismo?

Afortunadamente, existen suplementos naturales como el harpagofito, recomendado para las articulaciones, por sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas. O el magnesio, muy beneficioso para el fortalecimiento de los huesos y los músculos. Otro complemento importante es el cartílago de tiburón, que además de reforzar las articulaciones, fortalece los huesos, y aporta calcio y colágeno.

En la misma línea está la Vitamina C, que también refuerza las fibras de los huesos y los cartílagos.  Vemos así que este grupo de suplementos puede asumir las funciones de los medicamentos tradicionales, provocando un daño menor a los órganos internos, y evitando fenómenos como la tolerancia a los medicamentos.

Además, como complemento ideal de estos tratamientos naturales, los profesionales de la salud recomiendan realizar ejercicio aeróbico de baja intensidad, como la natación o andar. El objetivo es mejorar la circulación, fortalecer la eficiencia del corazón, aumentar la densidad mineral del hueso y reducir la tensión arterial. No obstante, estas actividades deben estar especialmente controladas y dirigidas, según el cuadro clínico de cada persona, aumentando o reduciendo la frecuencia según casos de brote o hinchazón en las articulaciones.

Cuéntanos si has probado alguna solución natural de las que te proponemos. O si conocías estas herramientas para tratar las enfermedades reumáticos.