¿Cómo prevenir los resfriados de verano?
El verano pasado fue polémico por una iniciativa legislativa del Gobierno que pretendía regular, de manera generalizada, las temperaturas de los comercios, centros de trabajo y transporte público. La medida, enmarcada dentro del Plan para la Eficiencia y Ahorro Energético buscaba limitar la temperatura de los aires acondicionados a los 27º C, y los medios de comunicación se encargaron de convertir esta medida en una controversia. A pocos días de su anuncio, entrando en un agosto excepcionalmente caluroso, el Consejo de Ministros aprobó el Real Decreto, cuya vigencia se limitó hasta el 1 de noviembre del 2023.
No fue una medida popular. En medio de un verano caluroso como ningún otro, la medida encendió los ánimos de muchas personas, aunque países como Italia y Francia ya la habían hecho efectiva con anterioridad. En el marco del primer año de la invasión rusa a Ucrania, la Unión Europea propuso a sus países miembros adoptar este tipo de medidas, con el objetivo de lograr un ahorro energético mayor, y, en especial, reducir la dependencia del gas ruso.
Sin embargo, este año, el enfoque del Ejecutivo, recogido en un nuevo decreto ley, parece distinto, a la luz de las últimas medidas aprobadas recientemente por el Ejecutivo. En el BOE publicado el 12 de mayo de este año, se recogen distintas medidas destinadas para paliar la subida generalizada de temperaturas y la sequía. Estas medidas abarcan desde ayudas al sector agrícola a regulaciones especiales para las personas que trabajan al aire libre.
¿Aire acondicionado para sobrevivir a las olas de calor?
El BOE no hace una mención explícita a la normativa del pasado año respecto al uso del aire acondicionado. Sin embargo, los especialistas de la salud conocen cuáles son los efectos de los cambios drásticos de temperatura que se sufren cuando una persona se adapta a un cambio brusco de temperatura, como ocurre cuando una persona que sufre un calor sofocante e ingresa en un local demasiado refrigerado.
“Pasar de golpe de un sitio caluroso a otro frío, y viceversa, puede producir malestar generalizado y escalofríos, lo que supone un síntoma de que el sistema inmune se debilita. Esto favorece que la gente se constipe con más frecuencia”, asegura el doctor Santiago Nogué, responsable de Urgencias del Hospital Clínic de Barcelona. Estos cambios de temperaturas, típicos del verano, en gran medida provocan numerosos resfriados y agravan patologías respiratorias ya existentes.
En consonancia con la medida decretada el año pasado, el especialista recomienda que la temperatura ideal de los aires acondicionados sea de entre 28º C y 30º C. No obstante, esta recomendación es difícil de aplicar durante el día a día de muchas personas que experimentan cambios de temperatura constantes al entrar a sus lugares de trabajo, transportes públicos o comercios.
Los efectos del aire acondicionado, y, en especial, las fluctuaciones de temperatura en la salud humana han sido estudiados, extrayendo conclusiones alarmantes. Según un estudio de la Universidad de Michigan, sobre 30.000 pacientes, se concluyó que estos cambios de temperatura suponían un aumento de riesgo de infarto de un 5% por cada cinco grados celsius de temperatura.
Además, las temperaturas frías conducen a una mayor sequedad de las vías respiratorias, lo que provoca que la respuesta inmunitaria empeore, ya que hay una cantidad menor de glóbulos blancos, encargados de frenar a patógenos como los virus. Por ello, si en la habitación en la que está instalado el aire acondicionado hay bacterias, estas se pondrán nuevamente en circulación y se dispersarán en el espacio.
Este debilitamiento del sistema inmune se manifiesta en síntomas como sequedad de las vías respiratorias, dolores de cabeza, irritaciones en las membranas y mucosas (primera línea defensiva del sistema inmune), así como mucosidad y fatiga. El polvo, la humedad, el moho, o las toxinas del humo de tabaco, empeoran la calidad del aire que recircula gracias al aire acondicionado.
Como respuesta, a nivel individual, es conveniente tomar suplementos que mejoren la respuesta de nuestro sistema inmune. Dado que es casi imposible evitar los peligros que pueden haber detrás del aire acondicionado en verano, es aconsejable reforzar el funcionamiento de nuestro sistema inmunitario con inmunomoduladores naturales como la equinácea, la jalea real, o el propóleo. Se trata de medidas preventivas que eviten el progreso de los patógenos en nuestro organismo, y lo fortalecen ante la entrada de estos mediante el aire en circulación.
Cabe recordar que, como explica el doctor Leopoldo Sánchez Agudo, jefe de Neumología del Hospital Carlos III de Madrid: “Someterse a un cambio brusco de temperatura supone un gran esfuerzo para nuestro cuerpo. Pasar de 30ºC a 23ºC reduce las defensas pulmonares, las cuales funcionan de manera mecánica, y el frío minimiza su función, además de que seca el ambiente.”
Teniendo en cuenta cómo afectan estos cambios de temperatura y de lo difícil que nos puede resultar evitarlos, la prevención es clave, y fortalecer nuestro sistema inmunitario es la mejor respuesta para reforzar nuestras defensas. En Solocolágenos encontrarás un amplio surtido de suplementos que mejoran la respuesta defensiva de todo nuestro sistema inmune.
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