Cómo Proteger a los Mayores del Calor en Verano: 5 Consejos Vitales
En unos tiempos en los que las subidas de calor en verano son cada vez más frecuentes e intensas, no debemos dejar de tener en cuenta a los mayores de la casa. Un estudio publicado en la revista Nature atribuyó al calor cerca de 62.000 muertes prematuras en 35 países europeos durante el verano pasado. Según RTVE, España fue el segundo país de Europa con más fallecidos con 11.300 muertos por calor, siendo nuestro país el segundo con más decesos por culpa de este factor climático.
Como recordamos en un pasado artículo, las personas mayores, en especial aquellas que viven aisladas, sufren con mayor virulencia los efectos del calor extremo. Una mayor y mejor integración social puede llevar a que estén menos indefensos ante los efectos de las olas de calor, como la deshidratación. De esta manera, si se prestara una atención temprana a los síntomas que provoca una ola de calor en los más vulnerables, se podrían evitar muchas muertes.
Con ello en mente, elaboramos esta lista de 5 indicaciones vitales para cuidar de nuestros mayores:
Hidratación, más que nunca
No ahondaremos demasiado en un aspecto tan esencial. Sin embargo, es conveniente recordar que la mayoría de relaciones fisiológicas que tienen lugar en nuestro organismo dependen del agua. Más allá del socorrido lema de que somos un 70% agua, es menos sabido que en la vejez este porcentaje se puede reducir hasta llegar al 45%, lo que aumenta la necesidad de que estas personas estén mejor hidratadas, como sostiene el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores del Gobierno de México.
Aunque la persona no lo manifieste, podemos ver síntomas de deshidratación a tener en cuenta, como sequedad en la boca, la piel y las mucosas. Del mismo modo, es posible que el corazón tenga un latido más rápido, la presión arterial sea menor, y haya una menor cantidad de orina, o que esta sea más oscura. Otros síntomas son la somnolencia, el mareo o las pérdidas momentáneas del conocimiento. En caso de notar estos síntomas, es aconsejable aplicar paños fríos sobre la frente de la persona.
Hay que prestar más atención a los casos de salud en los que hay una mayor pérdida de agua, como la incontinencia urinaria, o aquellos donde se dan funciones renales o digestivas anormales. Estos casos merecen mayor atención porque la persona puede no ser completamente consciente de la deshidratación, y esta se puede complicar en casos como cuando hay otros diagnósticos, como problemas cardiacos, deterioro cognitivo, confusión, caídas, estreñimiento, o incluso, la muerte.
Mantenerse fresco
Como recoge, The New York Times, es posible que la persona no cuente con un aparato de aire acondicionado y la ventilación de la casa sea deficiente. En estos casos, algunos consejos útiles son rociar la piel con agua fría o templada, o hacer uso de las persianas y las cortinas para bloquear la entrada de luz en las horas centrales del día.
La ventilación es crucial en este apartado, por ello, una vez la luz no esté impactando de lleno en la vivienda, es conveniente abrir las ventanas a fin de garantizar una buena ventilación. En caso de que esto no sea posible, es muy recomendable acercarse a lugares que sí estén bien ventilados, como centros comerciales o bibliotecas. Eso sí, durante las horas centrales del día es mejor evitar hacer el trayecto caminando.
Cómo vestir en una ola de calor
Según la revista Glamour, existen tejidos que son más favorecedores y frescos de cara al calor extremo, por ejemplo el lino o la seda. Procurando, en la medida de lo posible evitar los tejidos sintéticos. El color juega un papel importante: según el profesor de la Universidad de Granada, Arturo Quirantes, nos hace reflexionar sobre la energía térmica que nosotros mismos generamos.
“En el caso de que llevemos ropa blanca, el calor que emitimos rebota contra la tela y provoca que se quede atrapada. Al contrario, al usar un color oscuro, la tela lo absorbe, y en caso de que haya brisa, esta se llevará el calor por convección”, sostiene el profesor. En cuanto a ropa interior e higiene femenina se recomienda el algodón, debido a que las altas temperaturas y la humedad pueden favorecer la aparición de infecciones, en especial con otro tipo de tejidos
Saber comer en una ola de calor
Un objetivo necesario, tanto de la comida, como de la bebida en verano es el de recuperar las sales perdidas. Al sudar no sólo perdemos líquido, sino sales minerales, que en el caso de una persona mayor se pueden traducir en algunos síntomas que son compartidos con los de los golpes de calor, como los mareos y los dolores de cabeza.
Por ello, para garantizar la reposición de esas sales minerales, se recomienda tomar alimentos ricos en agua (frutas como las peras o las sandías), verduras y hortalizas. Del mismo modo, se aconseja evitar tomar bebidas alcohólicas. En líneas generales lo que se propone es una comida ligera y fresca.
Apoyo a las personas mayores
Las olas de calor son momentos de especial vulnerabilidad para las personas mayores. Por ejemplo, sus probabilidades de sufrir un golpe de calor son más altas, albergan una menor cantidad de agua en el cuerpo, y se pueden obviar síntomas que objetivamente se corresponden con los de los golpes de calor. Por este motivo, presentar una atención especial a estos síntomas es tan importante que puede evitar la muerte de muchas personas, y que haya una persona pendiente de ellos lo es aún más.
Los síntomas no son la única preocupación a la que se deben enfrentar las personas que estén atentas de una persona mayor. Es necesario vigilar la toma regular de los medicamentos, e incluso comprobar si alguno de ellos puede aumentar la sensibilidad al calor. La lista de ellos es más amplia de lo que se cree, dentro del grupo se encuentran medicamentos ansiolíticos, hipnóticos, cardiovasculares, endocrinos, o urológicos.
Además de monitorear también los síntomas propios de una ola de calor, la persona que vigile a aquella de la tercera edad debe actuar como un enlace con el tejido social, bien sea familiar o comunitario. A colación de lo planteado por el sociólogo norteamericano Eric Klinenberg, “las olas de calor son asesinos silenciosos e invisibles de personas silenciosas e invisibles”. Por ello, nuestro deber es integrar a estas personas que se suelen quedar rezagadas del apoyo social que salva a muchas personas en las olas de calor.
Publicado en: Estilo de Vida
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