¿Por qué la comida ultraprocesada puede disparar la mortalidad en personas sanas?
Según la OMS, un alimento ultraprocesado es aquel elaborado de manera industrial a base de sustancias extraídas o derivadas de alimentos. Por definición, contienen aditivos que dan color, sabor y textura, con el fin de emular olores y sabores de los alimentos en los que se basan. Sin embargo, a nivel nutricional no son balanceados, ya que su contenido en azúcares, grasas y sodio es muy alto; frente a su bajo contenido en proteínas, fibra, minerales y vitaminas.
Su desequilibrio alimenticio no se queda en la composición, su preparación somete a los productos a numerosos procesos poco saludables: fritura, refinado, hidrólisis de proteínas, hidrogenación, extrusión de harinas y cereales, entre otras prácticas que alteran los ingredientes principales para conseguir que los productos ultraprocesados sean también más duraderos.
Con el paso de los años, la comunidad científica ha ido recabando información sobre los peligros para la salud que este tipo de alimentos suponen. Un estudio reciente relaciona el consumo de estos alimentos con trastornos en la microbiota intestinal. Se encontraron cuatro géneros de bacterias (Alloprevotella, Negativibacillus, Prevotella y Sutterella), en una proporción mayor en personas que consumen productos ultraprocesados. Estas bacterias patógenas están relacionadas con enfermedades inflamatorias gastrointestinales.
¿Qué es la microbiota intestinal?
Cuando se habla de microbiota intestinal se hace referencia al conjunto de microorganismos que residen en el tracto digestivo. Gracias a la investigación sobre este ecosistema interno se conoce más sobre bacterias no cultivables, de la relación entre estos microorganismos y el equilibrio vital del cuerpo.
La microbiota es fundamental para factores como el crecimiento corporal, el desarrollo de la inmunidad y la nutrición. Del mismo modo, se sabe que esta guarda relación con afecciones como el asma o la obesidad, así como con trastornos gastrointestinales, como el hígado graso no alcohólico, la celiaquía, el síndrome de intestino irritable.
Las bacterias mencionadas anteriormente (Alloprevotella, Negativibacillus, Prevotella y Sutterella), relacionadas con enfermedades gastrointestinales, se encontraron en concentraciones mayores en la microbiota de los sujetos que consumían una proporción mayor de ultraprocesados. Los autores del estudio concluyen que la dieta y el estado nutricional condicionan la salud humana, a través de la composición de la microbiota intestinal.
Mayor mortalidad y probabilidad de sufrir accidentes cardiovasculares
Otros estudios previos llegan a ser más tajantes respecto a los productos ultraprocesados. Es el caso de un estudio publicado en la publicación International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity. En ella, tras el estudio de más de 91.000 personas durante una media de 13,5 años, se comprobó una mortalidad mayor en los consumidores de este tipo de productos por enfermedades cardiacas y cardiovasculares, que en aquellos que ingerían estos alimentos en menor medida. Estas cifras desalientan en los países desarrollados, donde estas suelen estar entre las causas más comunes de muerte.
Un estudio italiano concluyó que, las personas que consumían estos productos, en una cantidad mayor, tenían un riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares, de un 32% mayor que el de los que no los consumían de manera más habitual. Según el estudio, una mayor ingesta de ultraprocesados incrementaba las tasas de mortalidad por cardiopatía isquémica.
Recuperando tu microbiota intestinal
Por dentro de nuestro tracto intestinal, un mundo de microorganismos se disputan recursos como los nutrientes o el espacio. En condiciones normales, las bacterias beneficiosas contrarrestan el efecto de las que pueden causar enfermedades. Aunque, si las bacterias perjudiciales superan en número a las beneficiosas, se da un desequilibrio que puede ser revertido con la toma de suplementos probióticos.
Los probióticos pueden ser generados por el cuerpo, o pueden ser administrados desde la alimentación. Existen alimentos, como los lácteos fermentados, que aportan estos microorganismos. No obstante, existen suplementos naturales que pueden contribuir al equilibrio de la microbiota intestinal: los probióticos.
Este grupo de suplementos frenan la influencia de los microorganismos dañinos, preservando las barreras naturales del tracto digestivo, produciendo sustancias que impiden el crecimiento de los microorganismos perjudiciales, o reduciendo el pH del intestino. De esta manera, mediante el consumo de probióticos se puede prevenir la causa de muchas muertes relacionadas con el consumo de ultraprocesados.
Publicado en: Estilo de Vida
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