"Superesquivadores" del Covid-19: el grupo de asintomáticos que puede dar la llave a la cura del virus
Desde poco después del inicio de la pandemia de la Covid-19, llamó la atención de los médicos un grupo de pacientes que contraían la enfermedad, pero nunca desarrollaban los síntomas asociados. A estos pacientes se les denominó “superesquivadores”, un grupo que tenía más del doble de probabilidades de portar una variación genética concreta, que los ayudada a eliminar el virus antes que el resto de portadores. Los “superesquivadores” se convirtieron en sujeto de estudio, en especial por parte de investigadores de la Universidad de California, en San Francisco.
Su trabajo, publicado en la revista ‘Nature’ ha ofrecido la primera evidencia de que existe una base genética determinada que explica estos cuadros asintomáticos. Se trata de la primera prueba que explica por qué existen grupos de personas que se pueden infectar de Covid, pero sin llegar a enfermar.
La genética detrás de los cuadros asintomáticos
Los investigadores hallaron la explicación en una mutación que se da en el antígeno leucocitario humano, o HLA. Se trata de un grupo de proteínas que tienen la función de auxiliar al sistema inmunitario en la tarea de diferenciar a sus propias células, de otras sustancias extrañas o dañinas. Existen casos en los que se da una mutación de unos de los genes que codifican a este grupo de proteínas (HLA) y esta parece ayudar a las Células T para que identifiquen el virus y lo eliminen.
Este descubrimiento es útil para la comunidad científica, ya que aporta nuevas pistas para desarrollar mejores fármacos y vacunas. Las células T de estos “superesquivadores” logran identificar al Covid como un virus estacional ya conocido para paliarlo, aunque nunca hayan estado en contacto con él, como recoge el portal infosalus.com.
La investigadora principal de este estudio, Jill Hollenbach, catedrática de neurología, epidemiología y bioestadística, describe esta situación como “disponer de un ejército capaz de reconocer pronto al enemigo. Tener soldados preparados para la batalla, que ya saben qué buscar e identificar a los malos”.
Pese a lo rara que pueda parecer esta mutación es más común de lo que se imagina, en concreto el 10% de la población incluida en el estudio la tenía. Hay que tener claro que esta mutación no evita que el virus infecte las células, sino que evita que los pacientes desarrollen los síntomas asociados a este.
Según el estudio, el 20% de los participantes que se mostraron asintomáticos después de la infección portaban esta mutación del antígeno leucocitario humano (HLA). Además, aquellos portadores que tenían dos copias de esta variante tenían más de ocho veces de probabilidades de no enfermar.
Los investigadores dedujeron de manera temprana la implicación del HLA en estos mecanismos de defensa. Teniendo esto en cuenta, se valieron del mayor registro de donantes voluntarios con HLA de Estados Unidos, el Programa Nacional de Donantes de Médula Ósea/Be the Match. De todos modos, no bastaba con tener los datos, ya que era necesario conocer el comportamiento de estos donantes de médula respecto a la infección. Para ello fueron reclutadas casi 30.000 personas que participaron en el estudio.
En primer término, se identificaron a 1.428 donantes no vacunados que dieron positivo, antes del inicio de la vacunación. De ellos, se detectó un grupo de 136 individuos que se mostraron asintomáticos, al menos durante dos semanas después de dar positivo. De las variantes con mutaciones, sólo una tenía una fuerte asociación con el Covid asintomático, lo que se reprodujo en dos grupos de estudio independientes.
Esta mutación se mostró eficaz contra los síntomas del Covid, incluso en casos en los que la infección podría ser más grave por ciertos factores de riesgo: como la edad avanzada, el sobrepeso, o la diabetes. Tras el estudio, se está investigando el concepto de “memoria de las células T”, lo que se traduce en cómo el sistema inmunitario recuerda otras infecciones parecidas.
Por ejemplo, se han analizado las Células T de personas “superesquivadoras”, pero que nunca habían estado expuestas al Covid. Tras los exámenes se observaron cómo estas células continuaban sin mostrar síntomas, pero respondían a una parte del nuevo coronavirus, un péptido llamado NQK-Q8. De esta manera, vieron que la exposición a algunos coronavirus estacionales, de péptidos similares, como el NQK-A8, permitía que las células de este grupo de pacientes reconocieran rápidamente al virus y su respuesta inmunitaria fuera más rápida y eficaz.
Publicado en: Salud
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