Cúrcuma: El secreto de la especia india
El Lejano Oriente ha sido durante siglos una fuente casi inagotable de tecnologías y conocimientos que, al llegar a Europa, cambiaron la vida de millones de personas, y en algunos casos, el curso de la historia. Son muchos los ejemplos que confirman este hecho, las civilizaciones indias y chinas, desde antes que los occidentales, desarrollaron sus conocimientos sobre varias ramas del conocimiento, y en especial su sabiduría sobre el mundo de las plantas y sus propiedades curativas.
La cúrcuma es un ejemplo de estos hallazgos, aunque la medicina ayurvédica haya hecho un uso terapéutico del extracto de esta raíz, tradicionalmente la cúrcuma ha tenido otros usos a lo largo de la Historia. Esto evidencia su importancia para civilizaciones como la hindú, que la ha utilizado como amuleto contra los malos espíritus, o también en celebraciones religiosas. Más allá de los usos medicinales o los relacionados con la tradición cultural, la cúrcuma ha sido, y es, utilizada como perfume, especia o tinte en el Subcontinente indio y en el Sudeste asiático.
Dejando de lado su peso en las ceremonias religiosas, la cúrcuma ha sido una planta muy valorada por su potencial terapéutico. Tradicionalmente, la raíz de esta planta ha sido empleada para mitigar la inflamación, el dolor, para favorecer la cicatrización de las heridas, y para el tratamiento de trastornos digestivos. Por este motivo, se siguen investigando sus propiedades terapéuticas, con el objetivo de desarrollar futuros tratamientos.
Hasta el momento, se ha detectado que la bioactividad de la cúrcuma reside en sus polifenoles curcuminoides, los cuales pueden tener impacto en varias afecciones crónicas. Una advertencia que hacen los investigadores es que la concentración bioactiva de la cúrcuma por vía oral es escasa, por lo que si utilizamos a la cúrcuma como condimento no debemos esperar a que se dé un efecto positivo sobre nuestra salud, como se puede pensar.
Y es que el principal componente activo de la cúrcuma, la curcumina, es solo uno de los componentes con bioactividad encontrados en la cúrcuma. Existen tres tipos de componentes más, pero ninguno tiene el potencial terapéutico de la curcumina. Por ejemplo, su pigmento amarillo, el diferuloilmetano, constituye entre el 60% y el 70% de los extractos de cúrcuma crudos, pero su bioactividad es menor que la de la curcumina.
En la actualidad, los componentes activos de la cúrcuma han sido vinculados por numerosas investigaciones preclínicas con posibles beneficios para la salud, como para el tratamiento de las enfermedades cardiacas, la artritis, el Alzheimer, trastornos gastrointestinales, diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico (MetS). Por otro lado, en los últimos años se han desarrollado nuevas técnicas para mejorar la absorción de la curcumina en el cuerpo humano, como la incorporación de la piperina, o la turmerona.
De los beneficios terapéuticos de la curcumina, el más estudiado ha sido el observado en los casos de artritis. Veintiún ensayos clínicos han evaluado, hasta la fecha, la eficacia de esta sustancia respecto a esta enfermedad. En ellos se observaron mejoras sustanciales en la intensidad de los síntomas de la artritis, como la rigidez, el dolor al caminar, o los índices de osteoartritis, que evalúan el dolor en reposo, durante la marcha, así como la molestia funcional. Y lo que es más importante, los pacientes tratados con curcuminoides tomaron menos analgésicos.
En el tratamiento del síndrome metabólico, y de la diabetes tipo 2, la parte más interesante para su estudio ha sido la acción de los curcuminoides sobre la glucosa y la insulina, así como en los perfiles de grasa en la sangre. En la última década, han tenido lugar más de 50 investigaciones sobre el impacto de la cúrcuma y su dosificación para lograr sus efectos bioactivos en afecciones como el síndrome metabólico. Estos estudios han mostrado que la curcumina es eficaz en casos de prediabetes, hipercolesterolemia, el síndrome metabólico y en la diabetes tipo 2.
Estos resultados derivados de la investigación de la cúrcuma y sus componentes activos, como la curcumina, ofrecen una perspectiva prometedora sobre el futuro de la cúrcuma en el campo de la medicina. En los últimos años, el problema de la biodisponibilidad de esta complicó su estudio, a la vez que tuvieron lugar varios ensayos de este tipo que no arrojaron resultados concluyentes por problemas de base en el estudio. No obstante, los estudios más recientes están demostrando que la curcumina no sólo aporta un beneficio terapéutico para la salud, sino que además su desarrollo e investigación promete resultados más sólidos, en cuanto a su administración y dosificación.
Publicado en: Salud
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