Harpagofito: Dile adiós a tus dolores de articulaciones
El harpagofito, o garra del diablo, es una planta herbácea con origen en el Sur africano. No es una desconocida para el público occidental, en la actualidad es una de las plantas medicinales más utilizadas en la fitoterapia por sus propiedades analgésicas y antiinflamatorias. Su introducción en Europa tuvo lugar a mediados del S.XX, pero no fue en la década de los setentas cuando se pudo hablar de un ‘boom’ en la demanda de esta planta. Estos efectos beneficiosos la han colocado como tratamiento de cabecera para los problemas en las articulaciones, veamos por qué.
Sus componentes de mayor bioactividad se encuentran en las ramificaciones de sus raíces principales, las cuales son cortadas, desecadas, y en la actualidad se pueden encontrar en formato de comprimido, polvo o extracto. Estas ramas secundarias, originalmente, son tubérculos blandos, de pulpa de color blanco hueso, y de sabor muy amargo, que son desecados, dejando como resultado fragmentos duros de color pardo, con el borde curvado, y estrías.
El resultado de este proceso da como resultado la concentración de varios componentes activos, como el harpagósido, entre otros que le dan su característico sabor amargo. Todo esto dejando de lado su aporte en hidratos de carbono, aminoácidos, ácidos fenólicos, flavonoides, grasas, fitoesteroles, terpenos y aceites esenciales. Dada su alta contribución alimenticia, los pueblos originarios del sur de África, en especial, los bosquimanos de la región del Kalahari hicieron un extendido uso de esta planta, ya fuera para tratar dolencias digestivas, como analgésico, o para tratar problemas de la piel.
Farmacológicamente, se ha detectado que el harpagofito tiene una especial capacidad antiinflamatoria, antirreumática y analgésica. Así como propiedades diuréticas, cicatrizantes, y también digestivas y estimulantes del apetito. Su fin más extendido, y el mejor comprobado por la ciencia, es su efecto antiinflamatorio y analgésico, el cual, según algunos estudios es comparable al de medicamentos especializados como la fenilbutazona, o la indometacina.
Los mecanismos de acción de los componentes activos del harpagofito siguen siendo objeto de estudio. Esto se debe a que, aunque las evidencias han mostrado que el componente con mayor bioactividad es el harpagósido, el cual es el responsable de su actividad analgésica, la ciencia está demostrando que puede que este no sea su principal ingrediente activo.
Se cree que su actividad tiene lugar por cómo son hidrolizados sus iridoides, un tipo de monoterpenos, al ser ingeridos por los ácidos gástricos. Y es que se ha demostrado que la administración oral del harpagofito es la manera más eficaz de beneficiarse de sus propiedades, ya que la concentración del harpagósido sólo baja un 10% durante las tres primeras horas en contacto con el jugo gástrico, lo que garantiza su biodisponibilidad.
Pese a la biodisponibilidad asegurada del harpagofito, se sigue discutiendo por qué la administración de esta presenta efectos analgésicos y antiinflamatorios. Por ejemplo, se ha observado que los iridoides del harpagofito no modifican la producción de metabolitos proinflamatorios. Sin embargo, también se ha evidenciado cómo el harpagofito inhibe la síntesis de leucotrienos, moléculas mediadoras en la inflamación. También se ha visto cómo los componentes activos del harpagofito presentan una eficacia mayor cuando son administrados en conjunto, que aislados.
Del mismo modo, se ha evaluado cómo el harpagofito presenta actividad antioxidante y captadora de los radicales libres. Este efecto se atribuye a los compuestos fenólicos de la raíz del harpagofito. Por otro lado, los estudios sobre los efectos analgésicos y antiinflamatorios muestran también que estos corresponden a respuestas musculares sensitivas y vasculares, de acción periférica, más que una acción directa contra el dolor, centrada en las células nerviosas de la médula espinal y el cerebro.
Pese a que no tenga un efecto directo sobre este foco del dolor, son numerosos los estudios científicos que demuestran la efectividad del harpagofito en dolencias como la poliartritis crónica primaria, enfermedades articulares degenerativas, reumatismo extraarticular, una mejoría en las funciones de movilidad, disminución del dolor, y escasos efectos secundarios.
El estudio de esta raíz africana ha arrojado resultados sólidos que sitúan al harpagofito como medicamento antirreumático, para casos de artritis, gota, tendinitis, lumbago y mialgias. También se ha confirmado que actúa mejor con extractos completos de la raíz, que aislando sus componentes, lo que significa que funciona mejor de manera sinérgica.
Un aspecto que destaca al harpagofito sobre otros medicamentos analgésicos o antiinflamatorios es su baja toxicidad, y la ausencia de efectos secundarios sobre el tracto intestinal. A diferencia de los medicamentos convencionales que, además de ser potencialmente dañinos para estos órganos, generan tolerancia en los pacientes, lo que los lleva a aumentar sus dosis para conseguir un efecto que antes se lograba con dosis menores.
Artículo basado en: Harpagofito | Farmacia Profesional - El Sevier.
Publicado en: Salud
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