5 pasos para mejorar la digestión
Enero suele ser un mes propicio para nuevos comienzos. Solemos hacer propósitos que queremos cumplir para mejorar distintos aspectos de nuestra vida, y muchos de ellos tienen que ver con nuestra salud. Sin embargo, algunos de ellos, como perder peso, aunque son tomados con mucho empeño, a veces tardan en mostrar los resultados esperados, especialmente si nuestro sistema digestivo no está preparado para cumplir con ese propósito.
Por este motivo, es aconsejable depurar nuestro sistema digestivo para que nuestra intención de perder peso tenga el resultado que esperamos. Para ayudarte en tu propósito, te proponemos los siguientes consejos que pueden hacer menos arduo adelgazar.
Es de sobra conocida la proporción de agua que compone nuestro cuerpo. Este 70% de agua que contenemos es indispensable para mantener un cuerpo sano, ayuda a que limpie el organismo y las toxinas. Además, el agua transporta las vitaminas y las sales minerales que necesitan las células.
En cuanto a nuestra digestión, el agua es indispensable para que los alimentos se descompongan como es debido. Beber un vaso de agua en ayunas ayuda al funcionamiento del sistema digestivo y previene el estreñimiento. Además, acelera el metabolismo de las grasas, previene la retención de líquidos y así depuramos nuestro organismo de grasas y toxinas. Por todo esto, el agua es el combustible necesario para que nuestro sistema digestivo funcione de manera correcta.
Un par de datos sobre la fibra: es un carbohidrato y no puede ser digerido por el cuerpo humano. Puede ser soluble e insoluble; la soluble se disuelve en el agua y forma una especie de gelatina en el colon por las bacterias. La función de esta sustancia gelatinosa es reducir los niveles de colesterol y controlar los niveles de glucemia. Esta fibra se encuentra principalmente en alimentos como la avena, la cebada, las habas, los arándanos y las manzanas.
El otro tipo de fibra, la insoluble, se caracteriza por no ser soluble en el agua y no ser digerida. Sin embargo, es tan importante como la soluble, ya que interviene en la formación de las heces y los movimientos intestinales. Esta fibra insoluble se encuentra más en verduras, nueces, semillas y granos integrales. Los dos tipos de fibra no solo son necesarios para unas digestiones sanas y regulares, sino que también intervienen en el control del peso y reducen el riesgo de padecer enfermedades cardiacas.
La elevada cantidad de azúcares, grasas y sodio que contienen este tipo de alimentos son problemáticos para la digestión. En primer lugar, contribuyen al estreñimiento, ya que son alimentos pobres en fibra. Además, pueden provocar problemas gastrointestinales, por sus aditivos y químicos incluidos, lo que se puede traducir en dolores abdominales, hinchazones y diarreas. Sin mencionar cuánto tienen que ver con el aumento de peso, por su alto contenido en grasas y azúcares. En último lugar, está demostrado que el consumo excesivo de este tipo de alimentos pueden aumentar el riesgo de sufrir enfermedades crónicas, como la diabetes tipo II y las enfermedades coronarias.
Un cambio de hábitos
Practicar ejercicio con regularidad y reducir el estrés pueden ser dos objetivos independientes entre sí, pero existe la manera de utilizar el ejercicio para reducir nuestros niveles de estrés. Practicar ejercicio regularmente ayuda a mejorar la digestión y los movimientos intestinales. Igualmente, el ejercicio es una herramienta para controlar el estrés, que puede afectar negativamente a la digestión y contribuye a problemas como el estreñimiento o la diarrea. Por ello, te invitamos a que, dentro de tus cambios, consideres incluir al ejercicio para que, además de combatir el estrés, funcione mejor tu sistema digestivo.
Una ayuda extra
Aún cumpliendo con estas sugerencias, hay personas que no logran tener una digestión estable, pero esto no debe ser un problema si sabemos qué suplementos debemos tomar en estos casos. Los probióticos mejoran la digestión ya que aportan microorganismos sanos a nuestra flora intestinal. Se ha sugerido que los probióticos pueden ayudar a tratar afecciones digestivas, como la diarrea, el síndrome del intestino irritable, o la enfermedad inflamatoria intestinal. Los probióticos ayudan a descomponer los alimentos y aumentar la cantidad de materia fecal. Así como, fortalecen la barrera intestinal y previenen la penetración de sustancias extrañas y patógenos. Además, ayudan a equilibrar la flora intestinal, para mejorar las digestiones y absorber los nutrientes.
El aloe vera, el aceite de coco y el cardo mariano son recomendaciones de la fitoterapia con efectos positivos para el sistema digestivo. Estos alimentos tienen relevantes propiedades protectoras de los órganos que intervienen en la digestión, como el hígado, los intestinos y el estómago. Por ello, son una ayuda eficaz si sentimos que no estamos consiguiendo unas digestiones como las que deseamos.
Consejo extra: Existen suplementos preparados para depurar nuestro sistema digestivo para que funcione mejor, como si reiniciáramos nuestra digestión para hacer que funcione mejor este año. Los depurativos son suplementos que incluyen extractos de plantas de demostrada eficacia para mejorar nuestra salud digestiva. Algunos de ellos son Phytodepur de Fito Herb, que mejora las funciones del hígado y los riñones, o Phytalgem de Marnys, con extractos de diente de león, alcachofa y rábano nego.
Publicado en: Estilo de Vida
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