¿Puede la soja prevenir el cáncer de mama?
En la actualidad, el cáncer de mama ha superado al cáncer de pulmón como el tipo de cáncer más diagnosticado en el mundo. En 2020, casi dos millones trescientas mil mujeres fueron diagnosticadas con este tipo de cáncer en todo el mundo, y cada año se presentan 27.000 nuevos casos. Una mayor inversión sanitaria en tratamientos ha hecho posible que haya un índice de supervivencia cercano al 85% en España. En medio del proceso existen mitos que se alimentan con el paso de la enfermedad, uno de ellos es evitar el consumo de soja, como indica la nutricionista Lucía Martínez.
La raíz de la polémica tiene un nombre: isoflavonas de soja. Estos compuestos químicos de origen vegetal, derivados de la soja, tienen una estructura molecular similar a la de los estrógenos, las hormonas sexuales predominantemente femeninas. Como los estrógenos estimulan el crecimiento de los tumores de los cánceres de pecho, se asumió que las isoflavonas de la soja actuaban del mismo modo.
Esta idea tuvo su auge en la década pasada, cuando se llevaron a cabo distintos estudios destinados a explorar cómo podrían influir las isoflavonas en el desarrollo del cáncer de mama. Los resultados no fueron alentadores, este estudio señala la raíz del problema: Los estudios se habían realizados en ratones, a los que les administraron cantidades desproporcionadas de soja, equivalentes a sesenta raciones. Por otra parte, no se tuvo en cuenta que el metabolismo de la soja difiere del de los humanos.
Dado que las isoflavonas son un tipo de fitoestrógeno que tiene una forma molecular parecida a la de los estrógenos humanos, estas también han sido recomendadas para combatir los síntomas de la menopausia. ¿Cómo actúan estos fitoestrógenos en nuestro cuerpo? Los seres humanos tenemos dos tipos de receptores de estrógenos: los receptores alfa y los beta. En el tejido mamario los receptores beta tienen un efecto antiestrogénico, es decir, bloquean a los estrógenos. Por el contrario, el efecto estrogénico se relaciona con un mayor riesgo de contraer cáncer de mama. Los fitoestrógenos se unen principalmente a los receptores beta, e incluso inhiben el efecto cancerígeno del estrógeno, así contrarrestan la proliferación de células cancerosas.
Son varias las autoridades que ya se han hecho eco del nuevo enfoque que tiene la soja y sus isoflavonas respecto al cáncer. Por ejemplo, la American Cancer Society, en su guía para la nutrición dirigida a personas sobrevivientes de cáncer, indica que “el consumo de soja previo al diagnóstico está asociado a un menor riesgo de mortalidad total. Existen pruebas consistentes de que la ingesta de soja —antes y después del diagnóstico—, o la ingesta de isoflavonas tras el diagnóstico está relacionada con menor riesgo de recurrencia.
Otra autoridad que se ha posicionado a favor de la evidencia es el American Institute for Cancer Research que recomienda el consumo regular de soja para las personas supervivientes de cáncer. De ellas destaca que no hay ningún riesgo en su consumo, y que puede disminuir la recurrencia y la mortalidad en mujeres con cáncer de mama. Así pues, recomienda cantidades moderadas de tofu, bebida de soja o edamames.
Por último, un metaanalisis de 2019 concluye que la soja y sus isoflavonas están relacionadas con una disminución de la mortalidad general, y la mortalidad por cáncer de mama. Su recomendación es aumentar el consumo de soja para favorecer la longevidad.
Publicado en: Salud
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