El riesgo de infarto e ictus se multiplica en jóvenes con enfermedades mentales
Según un estudio realizado en más de 6,5 millones de personas, el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un ictus se multiplica por tres en jóvenes con trastornos mentales. Esta es la principal conclusión que se obtuvo en un estudio coreano publicado por la “European Society of Cardiology”, una publicación científica respaldada por la Universidad de Oxford.
Dentro de los sujetos de estudio, uno de cada ocho participantes sufría algún tipo de padecimiento mental, dentro de los que se incluían diagnósticos como trastornos depresivos, bipolares, esquizofrenia, insomnio, ansiedad generalizada, estrés postraumático, entre otros diagnósticos. Una vez clasificados los sujetos de estudio, se realizó un seguimiento de casi 8 años. Durante este periodo se registraron casi 17.000 casos de infarto de miocardio y otros 10.500 de ictus.
Mayores probabilidades y menor esperanza de vida
Los resultados del estudio son difíciles de rebatir. Por ejemplo, una persona diagnosticada de un trastorno depresivo tiene un 72% más de probabilidades de morir de un infarto, según el estudio. La probabilidad se dispara en casos como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, donde las probabilidades son del 161% y 140% respectivamente. Es llamativo que en los casos de estrés postraumático, la probabilidad de sufrir un infarto de miocardio sea de un 213%.
En el caso del ictus, la tendencia de las probabilidades se replicaban. Por ejemplo, en los casos de esquizofrenia, la probabilidad de sufrir un ictus se disparaba un 195%. En los casos de trastornos de la personalidad la probabilidad se disparaba un 206%.
Los resultados del estudio sirven como orientación dentro de un mar de supuestos con los que contaban los científicos previamente, como que los pacientes diagnosticados de esquizofrenia, trastornos afectivos y otros trastornos mentales tienen una esperanza de vida menor que la del resto de la población. Del mismo modo, tenían como base el supuesto de que la mayor parte del exceso de mortalidad no era explicable solamente aludiendo al consumo de drogas o el suicidio.
Teniendo en mente que los infartos y casos de ictus son unas de las principales causas de muerte en todo el mundo, y que estas enfermedades también son más frecuentes en pacientes de salud mental, el principal propósito del estudio fue investigar el impacto de los trastornos mentales en los jóvenes sobre la salud física y cardiovascular.
Otro hallazgo de los investigadores fue comprobar que los participantes más jóvenes (de entre 20 y 29 años, casi la mitad de los sujetos de estudio), tenían un mayor riesgo de padecer infartos de miocardio, que el grupo de entre 30 y 39, diagnosticado con los mismos trastornos mentales.
Como resultado, los investigadores concluyeron que la esperanza de vida de los pacientes con enfermedades mentales es menor que la del resto de la población. En enfermedades consideradas de mayor gravedad, como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, este rango de esperanza de vida es mucho menor, entre 15 y 20 años menor.
Si bien existen evidencias de que hay una mayor prevalencia de suicidios y casos de abuso de sustancias cuando existen diagnósticos de enfermedad mental, los investigadores sostienen que estas muertes son solamente una pequeña parte de la mortalidad asociada a la enfermedad mental.
¿Qué causas explican estos datos?
Además, señalan que, según los informes, las enfermedades cardiovasculares suponen una probabilidad de un 20% de años de vida en pacientes diagnosticados de enfermedades mentales. Por ello, hacen un llamamiento a los pacientes jóvenes para que se conciencien sobre la importancia de cuidar la salud cardiovascular, fomentando la prevención y vigilancia de este tipo de enfermedades a lo largo de su vida.
Medicamente, es conocido que los pacientes con trastornos mentales tienen marcadores de estrés oxidativo mayores que la media, lo que supone que sus células están sometidas a una degradación más acelerada. Además, se observa una disfunción en el Sistema Nervioso, especialmente en adolescentes y adultos jóvenes, diagnosticados con algún trastorno mental. Estos factores, y otros, contribuyen a la disfunción endotelial, es decir, a una degradación de la capa que forma el sistema circulatorio, comprendiendo arterias, venas y capilares.
Esto puede dar lugar a un aterosclerosis más acelerada de lo normal. Recordemos que la aterosclerosis es una acumulación de residuos en las paredes del Sistema Circulatorio, lo que se conoce como un endurecimiento de las arterias, causado por colesterol, triglicéridos, entre otras sustancias. Igualmente, está demostrado que el estrés psicológico puede aumentar en mayor medida las disfunciones endoteliales.
¿Cómo se pueden evitar estos problemas circulatorios?
Teniendo esto en cuenta, si has sido diagnosticado de algún tipo de trastorno psíquico, o conoces a alguien que esté diagnosticado de alguna de estas enfermedades, es recomendable prestar atención a los resultados de las analíticas de sangre. Estas determinan cuáles son los niveles de colesterol y triglicéridos peligrosos, y suponen la herramienta más eficaz para empezar a prevenir las enfermedades que sirven de antesala a la aterosclerosis, como la hipertensión o la hipercolesterolemia.
Del mismo modo, es aconsejable un estilo de vida sano, basado en el deporte y una alimentación variada. Estos pacientes deben tener los mismos cuidados que tienen las personas con niveles de colesterol o triglicéridos altos. Un tratamiento común para bajar el colesterol son las estatinas, sin embargo, es común que provoquen efectos secundarios como dolor y daño muscular, daño hepático, o aumentos de los niveles de glucosa.
A nivel clínico, es bien conocido y estandarizado el uso de la monacolina K, presente en la levadura roja de arroz, para reducir los niveles de colesterol en humanos. Esta sustancia inhibe con eficacia la actividad de la enzima encargada de sintetizar el colesterol (HMG-CoA). Asimismo, se ha comprobado que es capaz de reducir el avance del cáncer de colon, la leucemia mieloide, y en algunos casos de Parkinson. En caso de padecer una enfermedad mental y niveles de colesterol total o triglicéridos altos, es recomendable tomar alguna suplementación para reducir estos niveles de grasa en la sangre.
Suplementos como Colestia de Novadiet y Nivelcol de Tongil contienen esta lovastatina en concentraciones importantes y son muy eficaces para reducir los niveles de colesterol y triglicéridos. En caso de presentar efectos secundarios por los medicamentos tradicionales, estos suplementos pueden ser una alternativa a considerar para bajar el colesterol.
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