Vitamina E: El antioxidante definitivo para tu sistema inmune
La Vitamina E es una vitamina crucial para defender nuestras defensas: mantiene fuerte nuestro sistema inmune y es un antioxidante incomparable. Esto último es clave porque previene a los tejidos y a las células del daño de los radicales libres, y como consecuencia, puede frenar los efectos del envejecimiento. No sólo eso, además puede ayudar a prevenir enfermedades como el Alzheimer y el cáncer de piel. Descubre cómo te puede ayudar complementar tu alimentación con Vitamina E.
Esta vitamina se encuentra en mayores proporciones en aceites vegetales y frutos secos, aunque también se encuentra en verduras, como las espinacas y el brócoli, o en cereales. Además de sus propiedades en el sistema inmune como antioxidante, también juega una papel importante en la circulación humana, al formar glóbulos rojos y ensanchar los vasos sanguíneos para frenar la coagulación.
Para entender mejor cómo mejora la Vitamina E el funcionamiento del sistema inmune, además de tener en cuenta su poder antioxidante, hay que observar la interacción de esta vitamina con las células del sistema inmune. Una pista de su influencia para nuestras defensas nos la dan las mismas células del sistema inmunológico, donde esta vitamina se encuentra en altas concentraciones, en comparación con otras células del torrente sanguíneo.
Por ello, esta vitamina es uno de los nutrientes más efectivos para modular el sistema inmune. Cuando su concentración es deficiente se pueden apreciar dificultades en los reflejos, la coordinación y debilidad muscular. Ante esta situación, lo recomendable es tomar suplementos de Vitamina E que compensen esta falta.
La modulación de la función inmune de la Vitamina E tiene relevancia clínica y afecta a la respuesta ante enfermedades alérgicas, como el asma. Los estudios que investigan el rol de la Vitamina E en el sistema inmune se han enfocado principalmente en parte de sus compuestos: los alfatocoferoles. Sin embargo, existen evidencias que muestran que otros componentes de la Vitamina E, incluyendo otros tocoferoles, pueden tener también potentes funciones inmunomoduladoras.
Un punto clave, que define la interacción entre el sistema inmune y la Vitamina E, es su papel como moduladora del funcionamiento de las Células T (relacionadas con la inmunidad adquirida). La Vitamina E interactúa directamente en las membranas de estas células, modificando sus señales transductoras, y su división celular. Esta acción también afecta a los mediadores inflamatorios generados por otras células inmunes.
Otro hallazgo sobre la relación entre la Vitamina E y el sistema inmune fue recogido en un estudio de la Universidad de Tokushima, en Japón. En esta investigación, se observó que el consumo de Vitamina E modifica las funciones de los linfomas esplénicos y los macrófagos alveolares, este hallazgo es importante para la investigación contra el cáncer. En concreto, aumenta el número de los macrófagos y su capacidad. Estas células detectan, destruyen y fagocitan bacterias y organismos dañinos. Este aumento de capacidad fue de un 72%.
Profundizando en sus funciones antioxidantes y su efecto en las Células T, podemos ver cómo la Vitamina E se relaciona con la respuesta inmune y la respuesta inflamatoria. En los procesos de envejecimiento, las Células T muestran un empeoramiento en su funcionamiento. Estas células forman parte del sistema inmune y protegen al cuerpo de infecciones y agentes cancerígenos. La Vitamina E revierte los efectos del deterioro de las Células T, asociados con la edad, especialmente en las Células T más nuevas.
Como protector contra el daño cerebral, se ha descubierto que la Vitamina E previene el daño oxidativo inducido por los Beta-amiloides, un tipo de péptido relacionado con el desarrollo del Alzheimer. Este péptido se encuentra, en abundancia, en cerebros de pacientes con Alzheimer, y resulta tóxico en células neuronales por la interacción de los radicales libres. Se ha demostrado que la suplementación con Vitamina E puede retrasar el deterioro funcional provocado por esta enfermedad.
La Vitamina E también juega un papel destacable en la salud de la piel. El estrés oxidativo afecta a este órgano de manera significativa, ya que los radicales libres juegan un papel como precursor de varios trastornos de este órgano: el engrosamiento de la piel, arrugas, edemas y eritemas, se ve agravado por el impacto de la luz solar. El poder antioxidante de la Vitamina E protege la piel del estrés oxidativo, y del envejecimiento por la luz solar también.
Así, podemos ver que la Vitamina E es una ayuda importante para mejorar nuestro sistema inmune, gracias, en especial, a su efecto antioxidante. Este poder hace posible que sus aplicaciones relacionadas con la mejora del sistema inmunitario sean extensibles a otros campos, como la protección neuronal, o de las células de la piel.
Publicado en: Estilo de Vida
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Hola, puedo tomar esta vitamina, a la vez del vinagre de manzana en cápsulas, y a la vez las cápsulas de algas, y una cápsulas de magnesium
Por:Jackeline En 09/05/2023Hola, puedo tomar esta vitamina, a la vez del vinagre de manzana en cápsulas, y a la vez las cápsulas de algas, y una cápsulas de magnesium