¿Es el ajo un superalimento?
Desde el Mar Mediterráneo hasta Extremo Oriente ha habido un mismo alimento utilizado por casi todas las grandes civilizaciones con fines medicinales durante milenios, el ajo. Este alimento no sólo ha estado en la cocina de egipcios, griegos, romanos o chinos, sino que también se ha prescrito con fines médicos desde la Antigüedad.
Tanto en las pirámides de Egipto, como en los templos griegos, diversos grupos humanos de todo el mundo, y de todas las épocas, han dejado constancia de los beneficios que el ajo proporcionaba para su salud. Ya fuera como insecticida, o como alimento revitalizante, asociado a la fuerza y la capacidad de trabajo, o como remedio tradicional, el ajo ha sido un alimento bien apreciado desde el nacimiento de las primeras civilizaciones.
Desde principios del S.XX. los científicos se empezaron a interesar por comprobar las ya conocidas propiedades del ajo. Tras numerosas investigaciones, se ha comprobado científicamente cómo consigue el ajo regular los niveles de grasa en la sangre. También se ha confirmado su efecto cicatrizante (antiplaquetario), y su papel como facilitador de la circulación de la sangre.
Al ajo también se le atribuyen propiedades como protector del hígado y activador del sistema inmunitario. Estos beneficios se deben al alto contenido en organosulfurados que contiene el ajo, como la alicina (propia del ajo), así como antioxidantes, vitaminas, aminoácidos, fulctooligosacáricos y más micronutrientes.
Como vemos, el ajo es un alimento muy rico en nutrientes, con numerosas propiedades comprobadas. Gracias al análisis de sus ingredientes activos, la comunidad científica ha certificado su capacidad para reducir la presión arterial, los niveles de colesterol, la prevalencia de enfermedades cardiovasculares y la concentración de glucosa en la sangre.
Los grandes responsables de estas numerosas propiedades, tan necesarias en nuestros días, son sus compuestos organosulfurados: hablamos de la aliína y la alicina, ambos exclusivos del ajo. La aliína, su principal componente activo, se transforma en alicina cuando los dientes de ajo son machacados o triturados. En este proceso hay una interacción entre la aliína y la alinasa, la cuál da lugar a la alicina.
Esta diferencia es importante a la hora de consumir el ajo, ya que este cambio de estado es el que caracteriza el sabor y el olor del ajo, y además le confiere distintas propiedades. Hay que tener en cuenta que el contenido y la variedad de los organosulfurados del ajo dependen del procesamiento al que están sometidos, así como de qué método de extracción es utilizado para obtener estos componentes.
A nivel concreto, se han aislado las propiedades de los organosulfurados del ajo según sus beneficios terapéuticos. Por ejemplo, se ha comprobado que el potencial antiinflamatorio, antidiabético y regulador del metabolismo lipídico depende de la aliína. Mientras que de la alicina dependen las propiedades antioxidantes, neuroprotectoras, cardioprotectoras, antibacterianas, antiparasitarias y antifúngicas, así como su poder inmunomodulador, como recoge la farmacéutica Ana Moya Salvador, de la Universidad de Sevilla.
Por lo tanto, la forma de consumir el ajo definirá cuáles beneficios obtendrá nuestro cuerpo. De este modo, podemos encontrar el ajo como suplemento en diferentes presentaciones: como perlas de ajo, basadas en aceite de ajo; comprimidos, granulado, en ajo macerado o en aceite. Con esta información podemos elegir mejor cuál es la más apropiada para nuestras necesidades.
Uno de los inconvenientes más comunes que tiene el ajo en el consumo humano es su olor y sabor fuertes. Por fortuna, preparados como las perlas de ajo, sus granulados, o sus comprimidos superan este escollo ya que aportan los nutrientes terapéuticos del ajo, pero suprimiendo su sabor y olor característico, con el objetivo de que su consumo además de ser sano, sea agradable.
¿Te imaginabas que el ajo pudiera ser tan terapéutico y curativo? Coméntanos tu experiencia en los comentarios.
Publicado en: Salud
Deja un comentario
Comentarios
ni me imaginaba que esto existiera
Por:Luis G. En 08/07/2022ni me imaginaba que esto existiera
interesante
Por:Alicia A. En 05/07/2022interesante
mi tio se comía las cabezas de ajos a bocados, decía que eran muy buenas, pero su casa apestaba a ajo que tiraba patras, eso sí, nunca se enfermaba, menos mal que ahora existen las perlas
Por:Emilio S. En 02/07/2022mi tio se comía las cabezas de ajos a bocados, decía que eran muy buenas, pero su casa apestaba a ajo que tiraba patras, eso sí, nunca se enfermaba, menos mal que ahora existen las perlas