Lactoferrina: el gran refuerzo de la barrera de defensas
La lactoferrina es una proteína de alto valor inmunológico que se obtiene del lactosuero, el cual supone un 20% de las proteínas de la leche de vaca. Este suero, que había sido considerado como un incómodo residuo para la industria láctea por su alto impacto medioambiental, tomó especial notoriedad cuando varios de sus componentes fueron aislados y estudiados.
En ese momento, se identificaron proteínas de alto valor inmunológico, como la lactoferrina, las inmunoglobulinas, o las albúminas. Desde entonces, las proteínas del lactosuero empezaron a ser de interés para la comunidad científica, y el lactosuero perdió la categoría de residuo para pasar a ser un ingrediente de alto valor científico por su comportamiento y propiedades.
De entre las proteínas del suero de la leche, la lactoferrina tiene especial interés por sus propiedades antibacterianas, antivíricas, antiinflamatorias, por su capacidad de atracción hacia el hierro, y por estimular el sistema inmune. Aparte de proceder de la leche, la lactoferrina se encuentra también en varias secreciones mucosas de animales y humanos, recordemos que estas son la primera línea de defensa del sistema inmunitario, lo que sitúa a la lactoferrina dentro de la respuesta innata inmunológica de los seres humanos.
Esta proteína juega un papel importante en el sistema inmune innato y adquirido, ya que es una gran fuente de neutrófilos. Los neutrófilos son un tipo de células imprescindibles, ya que suponen aproximadamente la mitad de los glóbulos blancos. Su papel consiste en combatir infecciones, virus y bacterias.
Este es un motivo por el que la lactoferrina destaca como antimicrobiano, lo cual es crucial para entender su rol inmunológico. La doctora Dominique Legrand, de la Universidad de Lille, agrega que, más allá de comportarse como un antimicrobiano típico, modula las respuestas inmunitarias innatas y adaptativas de los pacientes.
Según Legrand, la lactoferrina regula la activación de las células inmunitarias, pero también “vigila” su migración y crecimiento. Este equilibrio es clave en células como las citocinas, las cuáles, pese a formar parte importante del sistema inmune, pueden llegar a ser muy dañinas en caso de una respuesta inmune exagerada (tormenta de citocinas).
De manera natural, nuestro cuerpo contiene lactoferrina en varias de secreciones corporales. En los calostros de la leche materna, la concentración de proteínas de los lactosueros es alta, y la de la lactoferrina varía entre 1 a 7 gramos por litro. Por ello, no es una sustancia ajena para nuestro cuerpo, sino una parte esencial del sistema inmunitario.
Formar parte de la respuesta inmune innata de los seres humanos significa, en la práctica, que actúe como un agente inmunomodulador. Por ejemplo, en casos de inflamación, el sistema inmune la administra de manera local en las zonas inflamadas, lo que la lleva a proteger la inflamación de los procesos nocivos de este proceso inmune.
Esta habilidad reguladora de las respuestas inmunes ha sido explicada por su capacidad para interactuar con diversos objetivos a nivel celular y molecular. A nivel celular, se ha observado que la lactoferrina modula la migración, la maduración y las funciones de las células inmunitarias. A estos mecanismos celulares, cabe añadir qué hace esta proteína a nivel molecular: su unión al hierro, sus interacciones con moléculas solubles o de la superficie de las células.
Una prueba del papel de la lactoferrina en las defensas está reflejada en un estudio que muestra cómo la suplementación de esta proteína en humanos y ratones actúa como protector ante infecciones e inflamaciones. En este contexto, su atracción hacia el hierro priva a los microbios del hierro disponible, el cual es necesario para su crecimiento y su propensión para interactuar con las superficies de las células huésped.
La doctora Legrand califica a la lactoferrina como una molécula de gran valor inmunológico. Esto se debe a su papel moderador y regulador, tanto de la agresión de las infecciones, como de las respuestas del sistema inmune. Se ha observado que las propiedades de la lactoferrina, como suplemento, imitan las mismas propiedades de la lactoferrina endógena (producida por el cuerpo y parte de la respuesta inmunológica innata).
Estos motivos hacen que la lactoferrina sea un suplemento interesante para personas con una respuesta inmunológica débil, ya que esta proteína potencia el sistema inmune de una manera natural y no intrusiva. Como hemos visto, la lactoferrina es una sustancia presente en nuestro cuerpo, que modula la respuesta inmunológica, en lugar de estimularla de una manera que escape del control y que tenga efectos adversos para el organismo.
Laboratorio Tongil es uno de los pocos laboratorios naturistas que incluye la lactoferrina en sus suplementos alimenticios. En caso de sentirnos más débiles, o con las defensas mermadas, es conveniente reforzar las defensas a través de compuestos naturales, como la lactoferrina.
Publicado en: Estilo de Vida
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