¿Por qué la hipertensión es una asesina silenciosa?
La presión arterial alta, o hipertensión, afecta al 42,6% de la población adulta en España. ¿Por qué es una afección tan frecuente?, ¿qué implica que esta presión sea alta?, ¿y por qué puede ser preocupante? Conocer la respuesta a estas preguntas es necesario para casi la mitad de la población, ya que de no ser atendida a tiempo, puede desembocar en accidentes cardiovasculares y cerebrales que pueden ser fatales.
Para entender en términos llanos en qué consiste la hipertensión, debemos saber que la presión arterial hace referencia a la fuerza que hace la sangre contra las paredes de las arterias. Por tanto, está determinada por la cantidad de sangre que el corazón bombea, así como por el grado de resistencia que tienen las arterias para sostener esta presión, según explican los especialistas de la Mayo Clinic.
De esta manera, cuanta más sangre bombee el corazón, y más estrechas sean las paredes de las arterias, se puede decir que la presión arterial es alta, o que se da un caso de hipertensión. Para determinar en valores numéricos el nivel de la presión arterial, y fijar un umbral de cuáles son los valores deseables, se toman dos medidas distintas: la de la presión arterial sistólica, que mide la presión en las arterias cuando el corazón está bombeando, y el valor inferior, la presión diastólica, que mide la presión de las arterias entre cada latido.
Los nombres de los dos tipos de medidas se corresponden a las dos etapas del ciclo cardiaco. En la fase de sístole, el corazón se contrae, y la sangre es empujada hacia los vasos sanguíneos. Mientras que en la fase de diástole, la sangre entra al corazón porque este entra en una fase de relajación. Atendiendo a los valores de un tensiómetro, los niveles normales oscilan debajo de los valores de 80/120mm Hg. Muchas personas pueden presentar valores mayores a estos durante años, sin que se hable de hipertensión, ya que esta es considerada como tal cuando existen valores mayores a 80/130 mm Hg, unos valores ya alarmantes.
Esta tendencia a presentar una normalidad, que no afecta a la vida rutinaria de los hipertensos, es una de las causas por las que desde la Fundación Española del Corazón hablan de la hipertensión como una “asesina silenciosa”. Los motivos que la hacen mortífera es que la hipertensión es la principal causa de infartos e ictus en España, sin que haya síntomas físicos que delaten su presencia.
Según este organismo, los hipertensos tienen un riesgo seis veces mayor de infarto cerebral. Igualmente, la hipertensión aumenta en un 70% el riesgo de deterioro cognitivo y de demencia vascular, el segundo tipo de demencia más común, solo por detrás del Alzheimer.
El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia destaca que el mayor peligro que supone la hipertensión reside en que los vasos sanguíneos son sometidos a una tensión persistentemente alta. Esta presión sostenida puede llevar a que la presión dañe las arterias y las venas. A mayor tensión, el corazón debe hacer un esfuerzo mayor para bombear toda la sangre.
Esta resistencia mayor a la que se ve sometido el corazón lo lleva a aumentar su masa muscular, pero este aumento es contraproducente, ya que no está vinculado a un aumento equivalente del riego sanguíneo, lo que puede llevar a insuficiencias coronarias, arritmias y anginas de pecho. Los riesgos no se quedan aquí, la hipertensión también puede desembocar en casos de aterosclerosis y trombosis, que pueden preceder a los casos de infarto.
Desde la American Stroke Association informan que la hipertensión arterial daña el recubrimiento interior de los vasos sanguíneos, lo que estrecha a las arterias. Este estrechamiento está detrás del 87% de los derrames cerebrales ocasionados por obstrucciones y estrechamientos en los vasos sanguíneos.
Previniendo la hipertensión
La hipertensión es causada por diversos factores de riesgo que pueden contribuir al desarrollo de estos cuadros. Algunos no son modificables, como el género, la herencia familiar, o la edad, pero hay algunos factores que pueden cambiar el pronóstico de esta afección. Desde la Fundación Española del Corazón señalan cinco de estos factores que pueden prevenir, en buena medida, las probabilidades de sufrir de tensión alta:
Descansar correctamente y evitar durante el día las situaciones de estrés severo.
Alimentarse siguiendo la dieta mediterránea.
Reducir el consumo de sal, alcohol y tabaco
Practicar algún deporte.
Controlar regularmente la tensión arterial.
El cardiólogo, José Luis Palma, vicepresidente de la Fundación Española del Corazón, hace énfasis en este último punto, ya que es el mejor indicador de la evolución de nuestra tensión arterial. El especialista señala que, desde el rango de 75/120 mm Hg. se puede hablar de valores normales de tensión; mientras que en el rango de 85/125 mm Hg. es aconsejable prestar atención, ya que indican una presión alta y riesgosa. Según Palma, los valores superiores a estos suponen casos de hipertensión que deben ser tratados y vigilados.
Por este motivo, es aconsejable que los afectados de hipertensión sepan bien qué valores son aconsejables y cómo medir estos valores por su cuenta. Desde el portal norteamericano MedlinePlus ofrecen algunos consejos para hacer mediciones mejores y más fiables de la presión sanguínea, en caso de que nosotros mismos seamos quienes tengamos que hacer esta medición.
En primer lugar aconsejan hacer la medición con la persona sentada con la espalda recta, las piernas sin cruzar y los pies en el suelo. A continuación, el antebrazo debe estar apoyado a la altura del corazón, el brazo desde el que se tomará medición debe quedar desnudo, pero sin que la manga aprete el brazo. Sobre el brazo desnudo se debe acomodar el brazalete, su borde más bajo debe estar a tres centímetros del doblez del codo.
Fuente: Mundodeportivo.com
Una vez colocado el brazalete, el manguito se debe bombear, bien con una “pera” (en los tensiómetros clásicos), o apretando un botón, como ocurre con los tensiómetros electrónicos. En este proceso el brazalete ejerce una presión sobre el brazo. A continuación, la válvula del manguito se abre de manera ligera, así la presión desciende progresivamente.
A medida que la presión del brazalete es menor, se registra una lectura que corresponde a la presión sistólica (la presión en las arterias cuando el corazón está bombeando). Cuando el aire continúa saliendo, los sonidos del tensiómetro se detienen, en este momento se registra la presión diastólica (la presión de las arterias entre cada latido). En este proceso es importante que el brazalete no quede flojo, ya que la medida será inválida.
Otros consejos para realizar la medición de manera óptima son descansar entre 10 y 5 minutos antes de tomarla, y no hacerlo bajo situaciones de estrés o si se ha tomado algún estimulante, como cafeína o tabaco en al menos los 30 minutos más recientes. También es recomendable hacer dos o tres lecturas en una sentada, con un intervalo de un minuto y permaneciendo sentado durante toda la medición.
L-Arginina de Solgar
Es aconsejable que todas las personas adultas tengan presentes cuáles son sus valores normales de presión sanguínea. No obstante, existen grupos de personas que necesitan revisarla de manera más asidua. Por ejemplo, a partir de los 40 años es más necesario que antes. Además, si la persona presenta factores de riesgo que la hacen propensa a sufrir hipertensión, es necesario también realizarse chequeos más periódicos, especialmente si es una persona con obesidad.
La fitoterapia ofrece suplementos que se han demostrado útiles para el control de la presión arterial. Uno de ellos es la L-Arginina, un aminoácido que contribuye a la creación de proteínas a nivel celular, y que actúa como vasodilatador, lo que ayuda a abrir los vasos sanguíneos, mejorando la circulación y reduciendo la presión a la que se ven sometidas las paredes de estos.
Otro suplemento natural que rebaja la presión sanguínea es el ajo. En la actualidad no es necesario tomar el ajo de manera directa, si su olor o sabor no es de nuestro agrado, ya que podemos encontrarlo en formato de cápsulas de ajo, o ajo negro, el cual presenta los mismos ingredientes pero potenciados por un proceso de maceración.
Publicado en: Salud
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