¿Qué le pasa a nuestro cuerpo cuando engordamos?
Hubo un tiempo en el que almacenar grasas era una ventaja evolutiva para nuestros ancestros. De esta manera, como especie, almacenamos la energía que no vamos a necesitar en el momento. Este era un mecanismo muy útil para periodos en los que la comida escaseaba, como sequías, guerras o hambrunas. Sin embargo, desde hace varias décadas, especialmente en los países más ricos, la amplia oferta de alimentos, muchos de ellos con un alto contenido calórico, sumados a un estilo de vida sedentario, han provocado una situación alarmante a nivel de salud pública: la obesidad como norma general.
Estos depósitos de grasas, tan útiles en tiempos de escasez, suponen un problema para millones de personas (casi un tercio de la población humana), ya que el sobrepeso y la obesidad son un importante factor de riesgo para contraer muchas enfermedades mortales. Estas pueden ir desde enfermedades coronarias, respiratorias, o diabéticas, a la hipertensión o la muerte.
Por este motivo, además de los estéticos y psicológicos, surgen muchas preguntas sobre el sobrepeso y la obesidad. Ya conocemos con qué fin se forman los depósitos de grasa que se acumulan en varias zonas del cuerpo, ahora, intentaremos entender mejor qué transformaciones sufre nuestro cuerpo cuando engorda.
El nutricionista Antonio Escribano, autor del libro “Aprende a Comer y a Controlar tu peso”, compara la acumulación de grasas y el gasto energético con el mecanismo de un banco. Cuando ingerimos demasiadas calorías las almacenamos, como si tuviéramos una cuenta bancaria. Si no gastamos esas calorías, estas se quedan almacenadas. En nuestro cuerpo, el proceso consiste en transformar esas calorías en forma de grasa, ya que esta aporta más energía en relación a su peso (nueve calorías por gramo). De esta manera el cuerpo optimiza el espacio, almacenando más energía en menos volumen.
Estas células especializadas reciben el nombre de adipocitos, o células adiposas, las cuales se agrupan y forman un tejido activo que no sólo tiene la función de almacenar grasa, sino que además interviene en los procesos inflamatorios. Entre otras funciones importantes, segrega otras sustancias, como las adipoquinas, que tienen efectos anticancerígenos, cardioprotectores y mejoran la sensibilidad a la insulina.
Instantánea a adipocitos formando tejido adiposo.
Cuando se acumulan más grasas, el tejido adiposo se hincha, y si se continúan acumulando más grasas, este tejido se sigue extendiendo, reclamando más células grasas para garantizar una circulación correcta. El problema llega cuando los adipocitos se agrandan hasta el punto de quedarse sin oxígeno, ya que los vasos sanguíneos no llegan hasta ellos. Este proceso se conoce como hipoxia y altera el funcionamiento correcto de este tejido.
Esta situación es problemática porque se da una inflamación crónica del tejido, la cual se propaga hacia la circulación sanguínea. Igualmente, esta inflamación llega acompañada de un mayor depósito de colágeno tipo IV, que endurece el tejido adiposo y altera su composición. Esto hincha aún más los adipocitos y hace que se almacenen más grasas, conduciéndolas a órganos como el hígado, el corazón o los músculos. Como consecuencia, el proceso de pérdida de peso se complica aún más ya que el tejido adiposo sobrepasa sus límites y afecta a otros órganos y funciones vitales.
El proceso se convierte en un ciclo: ante un menor flujo sanguíneo hacia el tejido adiposo y fibroso, no llega oxígeno a las células grasas, lo que puede llevar a la muerte de muchas de estas, lo que atrae a nuevos macrófagos que además de destruir estas células, aumentan el nivel de inflamación del tejido.
Aparte de llevar un estilo de vida que conduzca a acumular grasa en forma de obesidad y sobrepeso, es habitual que nuestro metabolismo no funcione de una manera correcta por diversos factores. El metabolismo es el conjunto de procesos químicos celulares gracias a los que el organismo obtiene la energía necesaria para cumplir con sus funciones. Este puede ser más lento si, además, los principales órganos que intervienen en el metabolismo de las grasas como el páncreas, el hígado o la vesícula biliar no funcionan de manera correcta.
El páncreas está involucrado en los procesos digestivos, pero además produce hormonas encargadas de la regulación del metabolismo. Este órgano se encarga de controlar los niveles de azúcar en sangre, por tanto tiene un papel muy importante en el desarrollo de cuadros de diabetes. El hígado, regula la mayor parte de los niveles químicos de la sangre y segrega bilis, la cual es necesaria para la descomposición de grasas, y las prepara para su digestión y absorción.
Como vemos, si alguno de estos órganos deja de funcionar de manera correcta, el metabolismo de las grasas y los azúcares queda comprometido, empeorando su funcionamiento corriente. Si a esto se le suma la inflamación de los tejidos adiposos, comprendemos la dificultad de perder peso y abandonar los peligros de la obesidad.
Ilustración de un páncreas humano. Fuente: El Español
Por tanto, para facilitar la pérdida de peso hay que abordar distintos frentes: por un lado es necesario mejorar el funcionamiento del hígado y del páncreas. El rábano negro y el cardo mariano son dos suplementos fitoterapéuticos, sin contraindicaciones que cumplen esta función. Otros suplementos como Detox, de GSN, incluyen glutatión, una molécula antioxidante que tiene un importante efecto desintoxicante en el hígado. Phytodepur, de Fito Herb, actúa sobre el hígado y los riñones, ejerciendo una función depurativa y mejorando su funcionamiento.
Por otra parte, es necesario acelerar el metabolismo de las grasas acumuladas. En este aspecto el ejercicio físico, y una dieta con menos hidratos de carbono y azúcares es vital para aportar menos calorías que se convierten en grasas. En este proceso es posible que experimentemos un mayor apetito, en este punto es recomendable apoyar la dieta y el esfuerzo físico con batidos saciantes, una preparación que, además de sustituir una comida, satisfacen el apetito. Además, existen suplementos como Quemavit, de Soria Natural, que aceleran la quema de las grasas.
Publicado en: Salud
Deja un comentario