Esta primavera, las subidas de la temperatura han sido generales en toda la Península. En algunas zonas, este incremento de la temperatura ha llegado acompañado de lluvia, el cóctel perfecto para la proliferación de mosquitos en muchas zonas de España. Es que, con la primavera regresan estos molestos insectos mejor conocidos por sus picaduras, que afectan a un importante grupo de la población que sufre con especial intensidad los efectos de sus picaduras.

Detrás de esta reacción exagerada por parte del cuerpo está la tolerancia al veneno de mosquito, que, como explica el Dr. Pedro Ojeda, de la Sociedad Española de Alergología Clínica, puede tomar dos derivadas. Se suele presentar una inflamación local, que será visible durante, máximo, dos horas después de la picadura. Esta zona generará picor y enrojecimiento. O bien, puede que tenga lugar un tipo de cuadro clínico llamado, el síndrome de Skeeter.

Este síndrome se manifiesta como una reacción inflamatoria exagerada inducida por la picadura de mosquito. Además, puede derivar en síntomas como fiebre o vómito. Normalmente este tipo de reacciones se subdiagnostican, es decir, son tratadas, pero no son diagnosticadas como corresponde, según el Dr. Rafael Pérez-Vanzzin, de la universidad mexicana de Nuevo León.

Comprendiendo la gravedad que puede haber detrás de las picaduras de estos insectos, los expertos recomiendan principalmente prevenir que tengan lugar. Saber más sobre los mosquitos y qué los atrae nos puede ayudar a evitar mejor su presencia. En primer lugar, tener en cuenta que se ha descubierto que los mosquitos se sienten atraídos por el dióxido de carbono o el ácido láctico que exhalamos cuando respiramos o sudamos. Siguiendo esta idea, las personas adultas, las mujeres embarazadas y las personas obesas, o con sobrepeso, son más atractivos para los mosquitos.

Es más conocido el dato de que son las hembras de mosquito las que pican, esto se debe a que la hembra necesita sangre para poder poner sus huevos. Aunque estos insectos son escurridizos y ágiles, los mosquitos tienen fama de tener mala capacidad visual. Esto no impide que sean raudos para huir al mínimo movimiento que perciban, y que, pese a su ceguera, sepan a dónde moverse para ponerse a salvo. La capacidad que les permite estas proezas es su orientación gracias a la temperatura. Gracias a esto se sabe que se sienten atraídos hacia donde hay mayores temperaturas y más humedad.

Otro fuerte de los mosquitos es su olfato, es este sentido el que los atrae hacia su objetivo de conseguir sangre para su reproducción. El dióxido de carbono exhalado por un persona puede ser detectado por un mosquito a 50 metros de distancia. Este olfato es tan potente que puede detectar si existen concentraciones significantes de esteroides o colesterol en la superficie de la piel, lo mismo ocurre con las concentraciones de ácido úrico.

Un tipo de olor predilecto por las hembras de mosquito es el de los olores dulces, como fragancias florales o frutales. Por eso, hay que tener en cuenta que la mayoría de productos de uso cotidiano que contengan alguna fragancias, desde la colonia, al protector solar, pasando por el champú, emiten un olor atractivo para los mosquitos también. 

Para evitar la presencia de los mosquitos, cada vez más personas están apostando por el uso de aceites esenciales que tienen propiedades repelentes. Aceites esenciales como los de citronela, eucalipto y limón, o de cedro de Virginia son eficaces para pasar inadvertidos para los mosquitos. Es recomendable utilizar estos aceites sobre la piel, o diluirlos para ambientar los espacios con algún difusor para dispersar el aceite esencial en el aire.

No obstante, en ocasiones, pese a las medidas que tomemos, podemos sufrir las picaduras de estos insectos, en especial si vivimos en las zonas más cálidas y húmedas del país, donde llega a ser común que se desarrollen enormes comunidades de mosquitos. Si este es tu caso, existen productos naturales pensados para el tratamiento de las picadura, como Traspic de Soria Natural, que repara y protege el tejido de piel inflamado por las picaduras.