Envejecimiento: ¿Envejecen antes las mujeres que los hombres?
Para 2050, el 21% de la población mundial será mayor de 60 años, según la OMS. Este porcentaje será mayor en los países desarrollados, donde desde ya se puede notar los efectos sociales de una gran población envejecida sobre una menor población joven. Datos como estos nos llevan a hacernos preguntas sobre el envejecimiento: ¿qué se sabe realmente sobre el envejecimiento humano?
Las mujeres envejecen antes, pero de forma menos drástica
La respuesta del Dr. Pablo Burraco, científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), es directa: “Dicen que si alguien piensa que entiende el envejecimiento es que no lo conoce”, sostiene el autor de un estudio sobre el envejecimiento, en el que ha participado la Universidad de Glasgow. Pese a lo complejo que es entender el fenómeno del envejecimiento, son varios los hallazgos que últimamente se han hecho en esta materia.
Uno de estos estudios, encaminados a la comprensión de dicho fenómeno, viene de Dinamarca. Una investigación del Centro para el Envejecimiento Saludable de la Universidad de Copenhage sostiene que las mujeres muestran los primeros signos de envejecimiento a partir de los 19 años. Los científicos daneses también matizan que, no obstante, es un proceso más gradual que el que tiene lugar en varones.
El mismo estudio afirma que, por otro lado, los signos de envejecimiento en los hombres tardan más en salir a la luz. En concreto, a partir de los 40 años, pero esta transformación hacia la vejez tiene lugar de manera más acelerada. No es una conclusión infundada o sesgada, detrás del trabajo hay 33 millones informes de biopsias de casi 5 millones de personas de todas las edades, en un periodo comprendido entre 1970 y 2018.
Aunque la muestra parece alcanzar proporciones estratosféricas, uno de los coautores del estudio admite que una de las limitaciones del estudio fue que las biopsias sólo se tomaron cuando los participantes buscaron atención médica. En sus palabras: “El envejecimiento masculino puede dar la impresión de que inicie más tarde, ya que los hombres tienden a buscar ayuda médica cuando sus síntomas están más avanzados. Al contrario que las mujeres”, sostiene en New Scientist el Dr. Scheibye-Knudsen.
Telómeros y el envejecimiento de los tejidos
El catedrático de Fisiología de la Universidad de Córdoba, Manuel Tena-Sempere, puntualiza que uno de los factores más definitorios en el caso femenino del envejecimiento femenino es la menopausia, ya que la producción de hormonas ováricas cae de golpe, y esta caída tiene una repercusión que puede condicionar al envejecimiento.
Otro dato que han aportado estos recientes estudios es que no todos los tejidos envejecen de la misma manera. Los extremos de los cromosomas, o telómeros, sufren un acortamiento que funciona como marcador del envejecimiento biológico. Los telómeros están encargados de proteger los extremos de los cromosomas para evitar que se desgasten o enreden. Estos telómeros se pueden acortar hasta el extremo de que la célula ya no se pueda dividir, y muera.
El Dr. Pablo Burraco ha liderado un revelador estudio en el que ha analizado la evolución vital de una especie de rana, siguiendo sus cambios desde su fase larvaria hasta su adultez. Elegir a este anfibio responde a la rapidez con la que esta especie se transforma, y también al objetivo de observar los cambios que tienen lugar en el desarrollo de varios órganos.
Respecto al envejecimiento y evolución de los órganos internos, este investigador del CSIC, compara la evolución del hígado y la del corazón. Señala que el tamaño del hígado crece mucho a lo largo de nuestra vida, mientras que el del corazón se mantiene mucho más estable. Entonces, lanza la hipótesis de que en algunos órganos es posible que haya mecanismos para evitar el acortamiento de los telómeros.
Los telómeros, estas regiones de ADN no codificante, parecen abrir un camino a las investigaciones relacionadas con el envejecimiento. Se sabe que su acortamiento tiene lugar durante la división de las células. En palabras de Burraco: “Cada vez que se dividen no son capaces de replicar las secuencias originales y se acortan. La telomerasa, es decir, la proteína encargada de que los telómeros se repliquen, no es capaz de completar el proceso del todo”.
Esta no es la única amenaza que asola a los telómeros: el estrés oxidativo, causado por los radicales libres, golpea y rompe las cadenas de ADN, no olvidemos que los telómeros son parte de las secuencias de ADN. Procesos como el impacto del estrés oxidativo en las células, y su identificación, muestra un camino hacia la intervención sobre estos procesos. Por ejemplo, se ha observado que en el intestino, en lugar del proceso que tiene lugar en el hígado, se da una migración de células madre para remoldear el órgano. Según el Dr. Burraco, esta es una de las líneas a explorar.
Otra vía, para el doctor, es la acción directa sobre los telómeros mediante la edición genética. Sin embargo, matiza que, en este caso, el problema es encontrar un equilibrio que permita alargar la vida, sabiendo hasta dónde llegar, con el objetivo de evitar una reproducción descontrolada de células, como las que pueden tener lugar en los casos de cáncer.
Controlar el estrés oxidativo es una de las medidas que están más al alcance de la mano de todos. La fitoterapia ofrece en la actualidad diversos productos con propiedades antioxidantes, cuya eficacia está demostrada. Otra buena ayuda para controlar el estrés oxidativo es el control de varios aspectos del estilo de vida: no fumar, evitar una exposición solar excesiva, el control del estrés vital, evitar el consumo de comida ultraprocesada y alcohol son unas de las recomendaciones de cómo podemos evitar este proceso. Sin contar con los beneficios del ejercicio y una buena alimentación.
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